Cadáver Exquisito

Ser lo que se come: Cadáver exquisito de Agustina Bazterrica

Esta novela, se siente como una producción lacerante, burlona y satírica, en la que varias corrientes del pensamiento se encuentran; el estudio del poder y su rostro foucaultiano, el marxismo y su critica al ambiente alienante de las fábricas, el movimiento promotor del veganismo y la proyección critica de un orden social cercano al fascismo.

Sebastián López Serrano

Cadáver exquisito es la segunda novela de Agustina Bazterrica publicada en el año 2017 por la editorial alfaguara, fue galardonada en el año de su lanzamiento con el premio Clarín de novela. Bazterrica es, por su parte, una autora nacida en Argentina, en el año de 1974. Licenciada en Artes por la Universidad de Buenos Aires, Agustina Bazterrica forma parte de ese extraño grupo de autores que privilegian la calidad sobre la cantidad, su obra se compone de tres novelas y algunas colecciones de cuentos. Esta calidad no es algo que se enuncia a la ligera, si no que lo respalda la cantidad de personas que la han apreciado, no por nada, cadáver exquisito se ha publicado en una veintena de idiomas. 

Permitiéndome introducir nociones subjetivas en esta reseña, debo mencionar que cadáver exquisito es una novela que sorprende, es una sorpresa que se agradece. Tenía años, tal vez, que no encontraba una novela cuya premisa me pareciese de forma tan intensa un despliegue de inteligencia, imaginación y buen humor, tan bien conjugados que el lector siente que nada sobra.

¿La premisa? Una normalidad postapocalíptica en la cual un virus altamente contagioso, que pudo existir o no, según el muy humano escepticismo que introducen los personajes, pone en jaque a la humanidad y los gobiernos, enfermando a los animales salvajes y domésticos, los cuales tienen que ser sacrificados, e induciendo a la búsqueda de una drástica solución para el consumo de proteína. ¿La respuesta? Desarrollar un nuevo linaje de seres humanos criados para comerse y aprovecharse industrialmente. Estos personajes, ya no humanos, si no productos, son el paralelo intencional y satírico de los animales de consumo contemporáneos: Se les niega una identidad, una historia propia, cualquier derecho y la posibilidad misma de existir “para sí”, son mercancía que existe para otro, particularmente, para el estómago de otro.

El personaje principal de la obra, Marcos Teja, un empleado destacado en un frigorífico, es uno de los pocos sujetos dentro de este mundo apocalíptico que no terminó por acostumbrarse a la normalidad caníbal. Teja prefiere no comer carne y evita pensar en el mundo que le rodea, puesto que siente la extrañeza de la realidad. Sin embargo, envuelto en una telaraña de problemas personales, entre los que se encuentra la muerte reciente de su hijo, el distanciamiento con su esposa provocado por esta perdida y la enfermedad mental de un padre que ya no lo reconoce, Marcos Teja se distrae del extrañamiento que su mundo le produce.

El punto de quiebre de la historia viene acompañado de un regalo de un proveedor del frigorífico a Teja, una “hembra”, una mujer, una humana, palabras proscritas en este nuevo orden social. La convivencia con este personaje, introducido de forma accidental en su vida, encamina a la historia a su sorprendente desenlace.

Un cadáver exquisito es una forma de composición artística, en la cual varios sujetos intervienen para darle forma a un poema o una pintura, el resultado es una composición en la que, según sus practicantes, se expresa el inconsciente de este colectivo creador. Esta novela, se siente como una producción lacerante, burlona y satírica, en la que varias corrientes del pensamiento se encuentran; el estudio del poder y su rostro foucaultiano, el marxismo y su critica al ambiente alienante de las fábricas, el movimiento promotor del veganismo y la proyección critica de un orden social cercano al fascismo.

 Propio es, entonces, desglosar en líneas generales este conjunto de elementos, que sumados en sus intenciones satíricas crean un mundo lleno de irregularidades y contradicciones, pero (paradójico) congruente y contento consigo mismo. El aspecto cercano a Foucault, es sin duda la construcción social de lo normal, operando a partir de medios de comunicación, del estado, de la empresa vemos la institución de un nuevo orden, de una normalidad distante, de forma casi diametral, al mundo social anterior, sin embargo tan potente, que la sociedad se acostumbra y estructura un nuevo esquema ético alrededor de esta. Poco importa que se abra la puerta a una sociedad en la que hay seres humanos que no pueden ser llamados como tal, criados para el consumo, y que pueden irse comiendo por partes mientras aún están vivos, con la finalidad de mantenerles frescos, el entramado institucional tiene la capacidad de legitimarlo.

La crítica al orden fabril en el mundo industrial es algo desarrollado por Marx, e incluso mucho antes, en la ilustración francesa por Julien Offray de la Mettrie, Karl Marx y el pensamiento critico del modelo fordista solo aceleraron este imaginario sobre el mundo de la fábrica. Esta es un lugar sistematizado, en el que los sujetos solo funcionan para mantener con vida a un sistema. El obrero, como en cadáver exquisito, aunque de forma menos visceral, es un ser desarrollado para alimentar, con su cuerpo, a un sistema.

El veganismo y la critica la brutalidad contra los animales dentro de la industria de la carne es tal vez el tema con mayor latencia dentro de la novela, le resulta útil sobremanera en esta exposición someter a seres humanos al trato que reciben los animales criados para el consumo. La falta de empatía y comprensión del trato monstruoso que reciben estos animales, se diluye cuando los brutalizados son personas, gente con un rostro y un cuerpo como el nuestro.

Finalmente, una de las observaciones más sutiles es el orden social que coquetea con el fascismo en sus soluciones a los conflictos sociales, pareciera ser que como en este mundo, la respuesta de esa ideología política siempre huele a muerte. Los problemas se resuelven con la aniquilación de algo o alguien. Tan es así, que este mundo nunca se planteó simplemente el abandonar el consumo de carne.

La obra es circular, cerrando con un mensaje sorprendente que podría romper con las expectativas que el lector formula sobre su protagonista. El universo de cadáver exquisito, que con tanta razón puede espantar a quien lee la obra, es en parte, una exageración de nuestro mundo, una realidad de desigualdades, ensimismamiento y en la que mientras puedas pagarlo, poco importa si devoras el cuerpo de tu prójimo, crudo o bien cocido. Todo, siempre y cuando, seas inconsciente, como motor primordial de la continuidad del orden, de que ese cadáver exquisito que masticas como aperitivo, es un recuerdo de tu condición y tu buen sazón potencial; siempre y cuando olvides que eres lo que comes.  

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